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Strategy: A History QUOTES

31 " El método de Porter podía ser criticado por ser deductivo. Tenía muchísimos ejemplos de tácticas utilizadas por empresas que buscaban una diferenciación del producto o que intentaban levantar barreras, pero solo eran ilustraciones de proposiciones derivadas de su teoría. Algunas de sus cláusulas principales sobre las estrategias generales y la idea de que era mejor concentrarse en la posición del mercado frente a la eficiencia operativa no parecían ajustarse a la realidad. Como con todos los teóricos estructuralistas, la tendencia era asumir que la «estructura» (o sistema en el que se desarrollaba el juego) tenía «una importante influencia a la hora de determinar las reglas competitivas del juego, así como las estrategias potencialmente disponibles para la empresa».[19] En la práctica, el mercado era menos rígido y seguro que lo que suponía la teoría, y más susceptible de ser transformado por estrategias verdaderamente imaginativas. Un rasgo sorprendente del enfoque de Porter radicaba en sus implicaciones políticas. No era un asunto al que se refiriera explícitamente, pero, como apuntó Mitzberg: «Si los beneficios realmente residen en el poder que se tenga sobre el mercado, entonces habrá claramente distintos modos económicos de generarlos».[20] Lo más cerca que estuvo Porter de establecer una relación entre la posición competitiva y la asistencia gubernamental fue cuando apuntó que los gobiernos «pueden limitar o incluso impedir de antemano la entrada de empresas nuevas (extranjeras o no) en sectores industriales con controles tales como requisitos de licencias y limitaciones de acceso a las materias primas». El territorio clave donde se desarrollaba esta batalla era el de la legislación antimonopolio. Porter conocía muy bien el tema, y apuntó que las compañías sometidas a las restricciones antimonopolio podían en algunos casos no sentirse capaces de responder a los intentos de los competidores por hacerse con una pequeña cuota del mercado, o por el contrario algunas grandes empresas podían entablar batallas judiciales en el terreno privado para acosar a los pequeños competidores.[21] Porter estudió este tema en su segundo libro Competitive Advantage (Ventaja competitiva), donde apuntaba que esos pleitos podían ejercer presión financiera sobre los competidores. También explicaba en este libro que las «barreras de entrada» a un mercado podían levantarse o relajarse más de lo que pudiera ocurrir en circunstancias normales, empleando métodos tales como la firma de acuerdos exclusivos con otros mercados para marginar a la competencia, forzar a los suministradores e incluso trabajar en coalición con otras firmas establecidas.[22] Además, apuntó que había una serie de actividades que estaban prohibidas por la legislación antimonopolio, pero que se ganaron en los tribunales. Porter insistía en que apoyaba la legislación antimonopolio,[23] pero también ocurría que había un cierto grado de incertidumbre en algunas partes de la legislación, sobre todo en cuanto al rigor con el que debería emplearse en determinados casos, a menudo dependiendo de las circunstancias económicas. Esta incertidumbre era un problema fundamental para el estratega, porque lo que podía parecer una acción aceptable en un momento dado se convertía en inaceptable al momento siguiente. "

Lawrence Freedman , Strategy: A History