" Con el telón de fondo de las intensas presiones competitivas, el papel del directivo empezaba a verse cada vez más comprometido. Los sueldos que podían cobrar en las grandes compañías eran notables, pero también los riesgos de ser despedidos. Sus actuaciones se juzgaban de acuerdo con modelos cada vez más exigentes, pero desde luego el objetivo más importante era conseguir beneficios a corto plazo que atrajeran a nuevos inversores. "

― Lawrence Freedman , Strategy: A History