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" La época es muy cruel, Almagro, despiadada, brutal. Se trata de arrinconar a buena parte de la población con salarios de hambre, exiliarlos en favelas, en comunas, en villas miseria, mientras una minoría pasa las vacaciones en hoteles lujosos y casas de veraneo privadas. Eso es lo que hay que entender. Que el capitalismo es defendido por todos nosotros, que el sistema se sostiene porque cada uno de nosotros participa en él. Cuando pensamos que pertenecemos al bando de los buenos ya estamos cometiendo un error. No es así, porque esta porquería funciona con nuestra complicidad. No denunciamos, luchamos, no nos resistimos. ¿Entonces con qué derecho creemos que somos los buenos?
-Pero no puede ser que ese sádico sea el bueno de la historia. "
― Mario Mendoza , Akelarre
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" Sintió una tristeza inmensa al darse cuenta de que no le hacía falta a nadie, ninguna persona la extrañaba, ningún ser humano necesitaba verla o escuchar su voz. Estaba completamente sola en un mundo que le daba la impresión de no ser el suyo, una especie de planeta por el que tenía que caminar, y dormir, y comer solo para guardar las apariencias y fingía que era como ellos. Pero no, ella en verdad sentía que era una alienígena, un bicho raro que había llegado a la Tierra proveniente de otra dimensión. Por eso le habían sido prohibidos los abrazos, los besos, las caricias, la ternura física, el contacto con otro cuerpo, con otro ser que le diera cariño y algo de comprensión. No, lo suyo era el aislamiento, el silencio y ese continuo monólogo que no desaparecía nunca de su cabeza "
― Mario Mendoza , Akelarre
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" Creo que, en esos casos, hay que apelar a ese anarquista que está escondido allá, muy al fondo de cada uno de nosotros. Si hay un tirano que pretende gobernar nuestra vida con sus reglas absurdas e irracionales, también hay un demente, un chiflado irreverente, un agitador que puede poner petardos y hacer volar el palacio del dictador en mil pedazos. Cuando todo va mal, cuando estamos encerrados sin ver la luz del sol, cuando nuestras propias manos están empeñadas en asfixiarnos, la única salida es apelar a ese anarquista, ponerse en contacto con él y empezar a fraguar una revolución. Hay que aprender a ponerse bombas a sí mismo "
― Mario Mendoza , La melancolía de los feos