Home > Work > Ópalo y Estramonio: La magia de las piedras en una fantasía urbana de #Horizonte (Susurros de Piedra nº 2)
1 " A primera la hora de la tarde, las calles de Puenteviejo bullían de actividad y de sonidos. Por encima de los gritos, por encima del ruido de los motores y de las máquinas de la constructora Collins Corp que copaba casi todas las obras de Horizonte, el sonido de un saxo voluptuoso acariciaba a los viandantes. Alguien tocaba escondido entre las estatuas de la plaza Mussart y su música alcanzaba todos los rincones del barrio. "
― Karen Holmes , Ópalo y Estramonio: La magia de las piedras en una fantasía urbana de #Horizonte (Susurros de Piedra nº 2)
2 " Las piedras de los muros, habitualmente tan parlanchinas, no respondieron a su llamada. Summer puso una mano sobre la estatua. Era una estatua grotesca formada con la misma piedra de la pared del Castillo, que no gustaba nada a Willow, pero que Summer había llegado a apreciar por la compañía que le daba. Ignoraba si tocándola sus poderes funcionarían mejor, pero le daba la sensación de despertarla. "
3 " Cuando acabó la canción, Summer se levantó y saludó con una reverencia. Se oyeron algunos aplausos aislados y después todos volvieron a sus conversaciones. El camarero se acercó restregándose las manos con el trapo. —¿Ya has tenido bastante? Summer asintió. —Siempre quise ser una flapper —dijo en tono trágico. El camarero sonrió y de detrás de la barra sacó un collar largo de perlas y se lo ofreció. —Diplomada en flapper. Ahora, por favor, deja que cure mi resaca sin tanto ruido. Summer levantó el vaso de ginebra en alto a modo de saludo y le tendió la mano. "
4 " No era una fiesta, aunque su corazón bailara como si lo fuera. "
5 " —Se rumorea —dijo Summer aunque sabía que Cyril ya conocía su buzón particular para recibir mensajes— que varios niños han desaparecido, no sólo del barrio, sino de Horizonte. Cyril asintió. —Algo he oído... Pero esos niños no cuentan, Summer. Son niños que un día están por el barrio y al siguiente se han ido hasta La Guarda o Paradise a ver si consiguen robar en una de sus mansiones. Y al siguiente están tirados en La Seda con espuma saliendo de su boca. O acaban muertos en el suelo de Blackwood o en cualquier otro rincón sin que nadie mueva un dedo por ellos. "
6 " Jameela había llegado la última, con un libro bajo el brazo que les animaba durante las noches mientras estaban encerrados. A veces no podían encender la luz, pero Liam había conseguido esconder un paquete de cerillas en su pantalón y aprovechaban sus luces al máximo para contarse historias de juguetes que nunca habían visto. "
7 " A aquellas horas el parque estaba completamente desierto. La oscuridad aún era más densa que en Puenteviejo, los viejos faroles sólo iluminaban la zona de los bancos, pero los árboles formaban sombras fantasmagóricas sobre los pequeños caminos y recodos. El parque, que siempre le había parecido acogedor, ahora tenía un aire amenazador que erizaba el vello de sus brazos descubiertos. No había tenido tiempo de echarse un chal encima. "
8 " Sufrir. Aquella chica no sabía lo que era sufrir. Ninguna Blackburn sabía lo que era sufrir por algo. Vivían en su torre de marfil, protegidas del mundo e infligiendo dolor cuando les apetecía. "
9 " Las calles de La Seda no habían notado el impacto de las desapariciones. O no le daban tanta importancia como en Puenteviejo. La vida seguía. Los negocios abiertos, la gente caminando con rumbos fijos, algunos esperando en las esquinas que les compraran mercancías no del todo legales… "
10 " Summer subió al automóvil y dejó que la noche la acunara mientras el viento levantaba los volantes de su vestido y hacía volar los mechones de su pelo. De pronto, sintió unas burbujas de emoción que subían por su esófago, dándole ganas de reír, pero se contuvo. Observó el perfil de Dereck que conducía sonriente mientras la miraba de refilón. La barbilla cuadrada y firme estaba apuradamente afeitada. Su pelo, oscuro y bien peinado con la raya al lado, se mantenía fijo en su lugar. A Summer le habría gustado entrelazar sus dedos con los mechones y obligarlos a moverse con el viento en lugar de mantener esa inmovilidad tan poco natural, pero que tan bien le quedaba. Pero eran sus ojos, azules y brillantes los que la llamaban como un imán. Podría pasarse horas sumergida en ese mar profundo de los ojos de Dereck Driscoll y olvidar todo lo que tenía a su alrededor. Dereck giró la cabeza y sonrió. "
11 " En el lateral izquierdo, Summer observó una estatua de belleza clásica. El mármol brillante parecía llamarla, como si tuviera mil secretos que contar. Pero no podía dedicarse a acariciar estatuas en presencia de tanta gente. Y menos en presencia de Dereck Driscoll, que en cualquier momento podría asociarla con Ada James, la enemiga de la fiscalía en tantos casos que Summer no se atrevía ni a pensar. "