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Five Feet Apart QUOTES

120 " —Dios mío, qué guapa eres. Y qué valiente. Es un crimen no poder tocarte.
Levanto el taco de billar, y deseo más que nunca que fueran las yemas de sus dedos las que tocaran mi piel. Con suavidad resigo su brazo con la punta, por encima del ángulo puntiagudo de su hombro, y lo acerco lentamente hacia su cuerpo. Ella tiembla ante mi «contacto», sin dejar de mirarme, y a medida que el taco de billar va subiendo, un ligero rubor le tiñe las mejillas.
—Tu pelo —digo, tocando el punto donde cae sobre sus hombros—. Tu cuello —digo, y la luz de la piscina le ilumina la piel—. Tus labios —continúo, y noto que la gravedad se desploma peligrosamente entre nosotros, instándome a besarla.
Ella desvía la mirada, tímida de pronto.
—El día en que nos conocimos te mentí. Nunca he hecho el amor con nadie. —Respira con dificultad y se toca el costado mientras habla—. No quiero que nadie me vea. Las cicatrices. El tubo. No hay nada de sexi en…
—Todo en ti es sexi —la interrumpo. Ella me mira y quiero que lo vea en mi rostro. Qué guapa es—. Eres perfecta.
La observo cuando retira el taco de billar y se pone de pie, temblando. Lentamente, con los ojos fijos en los míos, se quita la camiseta sin mangas y deja al descubierto un sujetador negro de encaje. Tira la camiseta al suelo, y mi mandíbula se derrumba también.
Luego se baja los shorts, los pasa por debajo de los pies y se endereza. Me invita a mirarla.
Me ha dejado sin aliento. Intento tomármelo con calma, pero contemplo su cuerpo con ansiedad, miro sus piernas, su pecho y sus caderas. La luz baila sobre las cicatrices de guerra que le cruzan el pecho y el vientre.
—Dios mío —consigo musitar apenas. Nunca creí que podría sentir celos de un taco de billar, pero deseo desesperadamente notar su piel contra la mía. "

Rachael Lippincott , Five Feet Apart