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" Solo en su celda, Joxe Mari, 43 años, diecisiete de ellos en prisión, abandonó ETA. Un día de tantos, antes de acostarse, lanzó una mirada a una foto que le había mandado su hermana y dijo para su coleto: hasta aquí. Así de simple. Nadie se enteró porque a nadie comunicó su decisión. Ni a sus compañeros ni a su familia. A nadie. Y eso, medio año antes del anuncio, por parte de la organización, del cese definitivo de la actividad armada "
― Fernando Aramburu , Patria
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" A menudo combatía la soledad frecuentando las redes sociales, en las que participaba con nombres ficticios. Intercambiaba picardías sexuales. ¿Con quién? Ni idea. Con Paula, por ejemplo, o con Palomita, seudónimos tras los cuales lo mismo podía esconderse un viejo verde de la provincia de Soria que una adolescente madrileña, aún levantada a altas horas de la noche. Se metía en foros para discutir, defendiendo, con abundancia de faltas ortográficas deliberadas, posturas políticas que le repugnan. Y también enviaba textos mordaces para comentar artículos en la versión digital de este o el otro periódico, no más que por el gusto de ofender; de jugar, al amparo de una identidad falsa, a que vencía su timidez incurable y a sentirse otro que el hombre solitario de cuarenta y ocho años que era. "
― Fernando Aramburu , Patria
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" Mataron al Txato, una tarde de lluvia, a pocos metros del portal de su casa. Y el cura, menudo pájaro, le insistía a Bittori para que el funeral se celebrara en San Sebastián. ¿Y eso? No, es que allí irá más gente. Y ella, que ni hablar, que somos del pueblo, nos bautizaron en el pueblo, nos casaron en el pueblo y en el pueblo han matado a mi marido. El cura cedió. Se ofició el funeral, sonaron las campanas a muerto, había pocos vecinos de la localidad en la iglesia, algunos políticos del espectro constitucionalista, algunos parientes venidos ex profeso y poco más. ¿Empleados de la empresa? Ninguno. En la homilía, ni una palabra sobre el atentado. Trágico suceso que a todos nos conmociona. Y a Arantxa no la vio, pero Xabier dice que estaba por los bancos del fondo con su marido. No se acercaron a dar el pésame, pero allí estaban, no como otros. Y eso Bittori tampoco lo olvida "
― Fernando Aramburu , Patria