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" De un lado están los matones con sus planes mafiosos consolidándose sin contratiempos, y del otro está la ciudadanía encerrada en largas cuarentenas, arruinada, sin trabajo, desesperada, deprimida, rota. El virus ha sido un arma política muy efectiva para aniquilar voluntades. El acuartelamiento al que hemos sido sometidos, el desempleo de la clase trabajadora, el empobrecimiento de la clase media, la deserción escolar y universitaria, y, sobre todo, la angustia y la pesadumbre que nos han destruido moralmente, son capitalizados por la derecha criminal que hace y deshace a su antojo mientras nosotros vemos Netflix y ponemos alarmas para tomarnos nuestros antidepresivos a tiempo "
― Mario Mendoza , Bitácora del naufragio
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" Nadie es normal, Karla – Le dijo su madre con sinceridad –. Todos tenemos algo que nos extrapola, que nos saca, que nos impide sentirnos a gusto con nosotros mismos.
- Pero no a este nivel. La gente sale, comparte, va a cine, baila, se enamora, disfruta de la vida. Yo no.
- Eso es lo que vemos desde afuera – volvía a decirle su madre para darle cierto ánimo –. Pero si acercamos el lente empiezan a aparecer las crisis, las depresiones, las psicosis, las culpas. Toda vida tiene su infierno "
― Mario Mendoza , Bitácora del naufragio
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" El problema de Daniel era interno. En la medida en que fueron avanzando los semestres se sintió fuera de foco, desconectado de la realidad del país, desenchufado de su gente. Empezó a tener la impresión de que la universidad, los profesores y sus compañeros disfrutaban de esa lejanía, pero él no. Los sucesos que ocurrían en el Chochó, en el Vaupés, en los Llanos Orientales o en La Guajira los tenían sin cuidado, como si se tratara de otro país o de un planeta remoto que no tenía nada que ver con ellos. Daniel no entendía por qué sus propios compañeros, que estudiaban una carrera de humanidades, se comportaban de ese modo, como si la gente del Amazonas o de Buenaventura fueran bichos cuya existencia no tuviera ninguna importancia "
― Mario Mendoza , Bitácora del naufragio
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" Afuera, en el mundo real, la gente está atrapada en aislamientos preventivos, cuarentenas y toques de queda. La verdad es que ya nada me importa. Le he dicho a esa presencia que se los llevó que venga por mí también, que me mate, que termine su trabajo. No respeto las normas, salgo a la hora que me da la gana sin tapabocas, no me desinfecto, no me lavo las manos. He visitado a unos vecinos enfermos de coronavirus con la secreta ilusión de que me contagien. Los ayudo, les llevo comida, los abrazo. Nada, sino sano.
Recorro la ciudad en las horas de la noche y grito como un alucinado hasta que me duela la garganta:
- ¡Aquí estoy! ¡Vamos! ¡No me asusta la muerte!
Dos veces me han detenido y los vecinos les explican a los agentes que hace poco me quedé viudo y que me estoy enloqueciendo. Tal vez sí. Tal vez ya no distingo qué es real y qué no. Morir me parece una buena solución. Es como salir por la puerta de emergencia en medio de un incendio. Si no logro contagiarme buscaré la forma de irme por mano propia. Eso es. Si la presencia quiere dejarme atrás, los alcanzaré a mi manera "
― Mario Mendoza , Bitácora del naufragio
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" O más bien hemos perdido la posibilidad de viajar a otros mundos, a otros reinos, y esto que llamamos la razón es una maravilla, pero también es una limitante que nos impide cruzar allá, al otro lado, donde nos está esperando el misterio. Quizás lo desconocido es mucho más plural y extraordinario de lo que nosotros, los hombres mordernos, podemos sospechar. Y tanto aparato y tanta tecnología nos ha convertido en una manga de incapaces, en unos lisiados mentales, en unos tarados sin imaginación alguna que solo consideran real aquello que puedan ver y tocar "
― Mario Mendoza , Bitácora del naufragio