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" Un famoso ejemplo de un mando desesperado por un sorprendente movimiento militar (aunque ya había sido advertido) fue Stalin, en junio de 1941, cuando se inició la ofensiva alemana y las tropas de Hitler comenzaron a ganar terreno rápidamente. Durante unos cuantos días el pueblo soviético no supo nada de Stalin, que luchaba por comprender qué estaba ocurriendo. Mientras lo hacía, los individuos del frente respondieron como mejor pudieron, algunos retirándose y otros arrojándose a la lucha con gran valor. Al final, Stalin pareció recobrarse, despachó un mensaje a su gente y tomó el mando de la lucha. El tamaño de su país y de su población significaba que para los alemanes era prioritaria una victoria rápida, o no lo lograrían, y Hitler despreciaba tanto la mentalidad eslava que creía que el feroz empuje de sus tropas podía aplastar al enemigo. Cuando el pretendido colapso psicológico fracasó y no pudo alcanzar los límites fijados, las fuerzas de Hitler fueron repelidas y al final expulsadas. El efecto de la conmoción no funcionó porque el liderazgo soviético se mantuvo firme. "

Lawrence Freedman , Strategy: A History


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Lawrence Freedman quote : Un famoso ejemplo de un mando desesperado por un sorprendente movimiento militar (aunque ya había sido advertido) fue Stalin, en junio de 1941, cuando se inició la ofensiva alemana y las tropas de Hitler comenzaron a ganar terreno rápidamente. Durante unos cuantos días el pueblo soviético no supo nada de Stalin, que luchaba por comprender qué estaba ocurriendo. Mientras lo hacía, los individuos del frente respondieron como mejor pudieron, algunos retirándose y otros arrojándose a la lucha con gran valor. Al final, Stalin pareció recobrarse, despachó un mensaje a su gente y tomó el mando de la lucha. El tamaño de su país y de su población significaba que para los alemanes era prioritaria una victoria rápida, o no lo lograrían, y Hitler despreciaba tanto la mentalidad eslava que creía que el feroz empuje de sus tropas podía aplastar al enemigo. Cuando el pretendido colapso psicológico fracasó y no pudo alcanzar los límites fijados, las fuerzas de Hitler fueron repelidas y al final expulsadas. El efecto de la conmoción no funcionó porque el liderazgo soviético se mantuvo firme.