Home > Author > Ana Iris Simón
1 " Porque si una lleva una falda o un escote de un tiempo a esta parte lo lleva para sí misma o en nombre del empoderamiento, una de dos, y que no me mire nadie porque machete al machote y madre mía qué fuerte e independiente con mi falda, que era a lo que me reducían antes, a ser dos piernas y poca tela y me quejaba y con razón y ahora como por arte de magia resulta que eso es signo de empoderamiento, pero no puede mirarlo nadie. Nos hemos encerrado tanto en nosotros mismos, nos hemos individuado tanto y hemos hecho tantos esfuerzos por acabar con lo de las dinámicas de poder —y, nos guste o no, la belleza siempre ha implicado y siempre implicará poder— que hemos terminado creyendo que no provocamos ningún efecto, ninguna reacción en el otro y que lo contrario sería inaceptable, aunque las mujeres nos lo hemos creído a medias, como todas las mentiras que nos contamos a nosotras mismas.Por eso rara vez nos ponemos escote y los labios rojos para estar solas en casa, de la misma forma que el pavo real no desplegaría su cola si no hubiera una pava a la vista, porque gilipollas no es y por lo del ahorro energético, y negar que un escote bonito es enseñado de cuando en cuando para ser visto, solo cuando quiere ser visto, cuando quiere ser mirado, además de ridículo niega parte de nuestro poder como mujeres, un poder que no se reduce a lo bello y a lo sexual pero del que lo bello y lo sexual forman parte y no pasa nada y por eso toda mujer ama a un fascista: porque todo el que mira nuestros escotes lo es, a no ser que sea un trapero en un videoclip, entonces es un trapero al uso, entonces se le permite. Y porque mal que bien y según el nuevo canon, nuestros abuelos lo fueron y nuestros padres lo son. No solo porque se les fueran los ojos con las mujeres bonitas que cruzaban los pasos de cebra cuando pensaban, inocentes, que no nos dábamos cuenta. "
― Ana Iris Simón , Feria
2 " La madre está siempre condenada al reproche porque es el amor primero, el amor puro y el dolor sobrevenido de no poder ser el otro, de no poder ser uno con el otro, imposible siempre de satisfacer. La decepción primigenia viene,como el amor primigenio, de la madre. "
3 " Una tarde, volviendo del Carrefour con una bolsa de plástico en una mano, porque siempre se me olvida llevar las de tela, y las llaves en la otra, entendí, pensando en Paris, que lo del día que conocí a mi hermano era el amor. Que esa admiración, ese entrever en el otro la verdad o la perfección del mundo, ese no entender mucho y ese no atinar a explicarse por qué uno quiere si «no conoce» era enamorarse: asumir que el amor preexiste. Y que conocer es reconocerse. "
4 " Otras, cuando me habla sobre los tiranicidas o sobre La Ilíada, o cuando se ríe, sobre todo si se ríe de o con la Ana Mari o mi padre, que le enseñaba a veces las contraportadas del As y le decía que «a ver si así se curaba», me sigo preguntando cómo se puede admirar así, como se puede querer así. No sin conocer, porque ya hace diecinueve años que nos conocemos, pero sí de esa manera. Sin medida ni condiciones, porque no puede ser de otra manera, y sintiendo cuando estamos juntos que el mundo se achica de pronto, como aquel primer día en el 12 de octubre. Que se estrecha, se hace embudo y entonces solo cabemos él y yo. Él y yo, que somos lo mismo solo que con casi diez años de diferencia. "
5 " Cuando Javi fue creciendo yo empecé a pensar de manera recurrente dos cosas, como cuando lo conocí en el hospital. La primera en interrogativo: en qué se convierten los hermanos cuando crecen, cuando dejan de ser niños. La segunda en desiderativo: ojalá Javi pudiera ser yo por un día para verse como lo ven mis ojos. Ojalá pudiera ser yo por un día para comprobar, para saber lo orgullosa que me siento de él. A veces, cuando se viene a mi casa a dormir porque tiene exámenes de la universidad o porque le apetece, le sigo espiando cuando cierra los ojos, aunque ya no quepa en el Maxi-Cosi, y lo sigo haciendo para comprobar que existe, que es. "
6 " Los fines de semana lo raptaba de la cuna, que estaba en la habitación de la Ana Mari y de mi padre, y me lo bajaba al comedor para ponerlo en el Maxi-Cosi y mirarlo dormir y preguntarme cómo podía una nariz ser tan pequeña y comprobar que sí, que los pelos, incluso los de las orejas, se le iban cayendo. Después le ponía mi meñique en la mano para que lo agarrara y así cerciorarme de que Javi existía, de que Javi era, porque para agarrar un dedo, por muy pequeñas que tenga uno las manos, antes tienen que ser —las manos, manos, y uno, uno—, así que cuando Javi atrapaba mi meñique y lo movía de un lado a otro con sus dedillos hechos un puño yo suspiraba tranquila. "
7 " Es uno de los amigos con los que más me gusta hablar porque lo hace desde la experiencia, no le hacen falta conocimientos librescos ni grandes teorías ni autores a los que referenciar y suele tener, la mayoría de las veces, más razón que quien echa mano de ellos, porque solo habla de lo que ve y lo que vive. (p. 22) "
8 " Pensé que si lo que más me gustaba era escribir sobre la familia y la costumbre quizá es que lo que me gustaba no era escribir, sino la familia y la costumbre. (p. 25) "
9 " Y añadiré que las plazas son muy importantes en España porque en España la calle no es solo un lugar de paso. En otros países, tendré que decirte, la gente sale de casa únicamente para ir a otro lugar, pero en España la calle es un fin en sí mismo y por eso nadie se extraña cuando alguien dice 'me voy a la calle'. (p. 181) "
10 " Nos pasamos la adolescencia y la primera juventud deseando no parecernos a nuestros padres y cuando crecemos, o igual es que crecemos por eso, nos damos cuenta de que casi todo lo que tenemos de bueno no es nuestro, sino suyo. (p. 193) "
11 " Solemos pensar en nuestros padres solo en relación con nosotros, rara vez pensamos en que son maridos de nuestras madres, hijos de nuestros abuelos, hermanos de nuestros tíos e igual hacerse adulto es darse cuenta de que no son solo en relación con nosotros. De que no son solo padres, nuestros padres. "