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" [[[Escuché todas estas cosas y las escribí a vuelapluma en folios dispersos, en libretas viejas y nuevas, en notas adhesivas multicolor que acabaron cubriendo todas las paredes y casi todo el techo y el suelo de mi habitación. Con ello esperaba entretenerme en el acto, transcribiendo, y cuando no pudiese dormir, releyendo. Esperaba imaginar algo en algún momento diferente de lo imaginado en el momento del descubrimiento. Esperaba que pudiese esperanzarme, quizá incluso sonreír, quizá mantener el recuerdo vivo o alterarlo a voluntad, quizá recordar que no había olvidado. Nada es tan difícil como no engañarse. Los que se preguntaron ¿Por qué!, mirando al sol directamente, no me parecieron muy lúcidos; los que se preguntaron ¿Por qué?, no mirando al sol directamente, con un folleto en la mano, no me parecieron mucho más listos.]]] "
― Alexandre Alphonse , Gedankenprojektor
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" Lo que yo más detestaba del mundillo literario eran esos legionarismos de «Me gustas, así que me gusta tu obra» o «Me gusta tu obra, así que me caes bien»; lo que Nisisen decía aborrecer era lo que venía muchas veces después de esa camaradería: «No me caes bien, así que ahora odio tu obra» o el en peligro de extinción «Ya no me gusta tu obra, así que ya no somos amigos». Una tercera posibilidad es lo que hizo Umbral con Cela en Un cadáver exquisito: «Sí, tu obra y tu persona están muy bien, pero, ahora que no puedes escucharme ni defenderte, voy a matizarlo todo muy bien incluyendo comentarios negativos que antes no tuve el valor, la honradez ni las agallas de incluir». "
― Alexandre Alphonse , Nisisen
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" Mi pluma, flor de tinta, escupe los lugares comunes como pólenes genéticamente modificados; Nisisen, sin embargo, utilizaba y aún utiliza (sus folletines no serán brillantes pero tampoco son demenciales) la táctica de Cela o de Aira (por algo él es el célebre Nisisen y yo tan sólo un raro excéntrico): evitar los lugares comunes, modificarlos, ponerlos entre comillas o no evitarlos, jugando así como yo con ellos pero de una manera más heterodoxa, rica, completa, con cuatro posibilidades de acción como cuatro estaciones frente a mi estricto invierno o lúdico verano estilístico (según la paráfrasis y el punto de vista). El relato de Bolaño comenzaba diciendo en las primeras frases que él tenía veintitantos años y era más pobre que una rata. Bien, yo hubiese sido incapaz de escribir eso y cambiaría «rata» por «lata», por ejemplo, como Camilo José Cela cambió «romper el hielo» por «romper el fuego» para La familia de Pascual Duarte o César Aira «fumaban como chimeneas» por «fumaban como murciélagos» en El volante. En la escritura de Nisisen, sin embargo, el pobre como una rata de Bolaño resultaría en la juguetona paráfrasis pobre como una lata (o gata, saca, mata...), «pobre como una rata» (así, entrecomillado, incidiendo en el lugar común con clara consciencia de ello), tenía veintitantos años y era muy pobre (evitando la manida analogía del roedor) o mismamente pobre como una rata como en el original. Esta variedad de registros pintaba su prosa o abrillantaba sus colores. "
― Alexandre Alphonse , Nisisen
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" Nisisen tampoco había ganado un premio jamás, pero, al contrario que yo, acabaría por hacerlo, y ser publicado, y ganar otros premios, más dinero, más amigos, más contactos… y escribir peor, mucho peor, lo cual es tan previsible que roza ya el cliché del genial artista etéreo que se vuelve calculadora de carne y hueso en cuanto se reflejan los primeros números sobre sus ojos, sus bolsillos, su mente, su corazón, su alma... "
― Alexandre Alphonse , Nisisen