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" Una fuente de paz sin explotar Una fuente de paz sin explotar, pues la única esperanza real es recurrir a la sabiduría colectiva de las mujeres, aquellas que tienen experiencia directa del precio de una guerra: la vida de un niño, de un nieto, un hermano, un esposo; la pérdida de un miembro o de la cordura de alguien cercano y querido; la pérdida de la risa, la dominación del miedo; la pérdida de esperanza para el futuro. Una fuente de paz sin explotar, aquellas que han vivido la violencia doméstica: que han visto en sus hijos los efectos de la intimidación, que han visto enmudecer a sus hijas, que han visto apagarse la luz en sus ojos; aquellas que saben que cuando cada niña y cada niño importen, cuando ninguno de ellos pase hambre, soporte abusos o quede excluido, el mundo será un lugar más amable para todos nosotros. Una fuente de paz sin explotar, las mujeres con empatía que viven en un mundo aparte, que se sienten seguras, queridas, afortunadas y, no obstante, son capaces de imaginar lo que es verse impotente, golpeada, violada, forzada luego a dar a luz a esa criatura concebida en la violencia; mujeres que saben en lo hondo de sus corazones que lo que le sucede a cualquier mujer en cualquier parte podría sucederles a ellas. Una fuente de paz sin explotar, las mujeres que ven a sus seres queridos sedientos de venganza, llenos de odio, constantemente en guardia, devorados por el miedo o temerosos de dormirse a causa de las pesadillas; maridos, hermanos, hijos, y ahora hijas que vuelven de la guerra y se parecen poco a lo que hubieran podido ser en un mundo de paz. Una fuente de paz sin explotar, las mujeres reunidas en círculos, las mujeres conectadas, las mujeres unidas que traen la feminidad sagrada, el instinto maternal, el arquetipo de la hermana, el poder de la Madre al mundo. JEAN SHINODA BOLEN "
― Jean Shinoda Bolen , Urgent Message from Mother: Gather the Women, Save the World (Eco Feminism, Mother Earth, for Readers of Goddesses in Everywoman)
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" In the theology of Protestant Christianity of my experience, the Trinity of Father, Son, and Holy Ghost was male. In my own experience, because Holy Spirit or Holy Ghost was invisible, it became genderless. In the New Testament, the Holy Spirit descended in the form of a dove, which is a feminine symbol, and was called the Comforter. When we need comforting—when we have been hurt, or in pain or grief, or are sick and afraid—we feel small and want mother to put her arms around us, to kiss the hurt and make it go away. Even when our own experience of mother was not this, we yearn for what we know is archetypal; we miss Mother.
Long before Christianity, the dove was the goddess Aphrodite's symbol. Hidden in the symbology of the male Holy Spirit is the presence of the goddess of love and Beauty who was also a mother goddess. "
― Jean Shinoda Bolen , Crossing to Avalon: A Woman's Midlife Quest for the Sacred Feminine
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" Las personas y los acontecimientos activan a los dioses Una persona o acontecimiento puede activar –o, en términos junguianos, constelar–una reacción arquetípica o “típica” de un dios en particular. Por ejemplo, un hijo que llega a casa con un ojo morado, puede, sin decir palabra, provocar rencor en un padre, el vengador Poseidón que siente la necesidad inmediata de saldar cuentas con quienquiera que le haya hecho eso a su hijo. Pero el mismo ojo morado puede evocar desprecio hacia su hijo por haberse metido en una pelea con los puños, si su padre reacciona como Zeus hizo con su hijo Ares. Cuando Ares fue herido, Zeus no sólo no fue compasivo sino crítico; reprendió a su hijo por ser un quejica y aprovechó la ocasión para echarle en cara lo detestable y pendenciero que era. "
― Jean Shinoda Bolen , Gods in Everyman