5
" When older people get together there is something unflappable about them; you can sense they’ve tasted all the heavy, bitter, spicy food of life, extract its poison, and will now spend ten or fifteen years in a state of perfect equilibrium and enviable morality. They are happy with themselves. They have renounced the vain attempts of youth to adapt the world to their desires. They have failed and now, they can relax. In a few years they will once again be troubled by a great anxiety, but this time it will be a fear of death; it will have a strange effect on their tastes, it will make them indifferent, or eccentric, or moody, incomprehensible to their families, strangers to their children. But between the ages of forty and sixty they enjoy a precarious sense of tranquility. "
― Irène Némirovsky , Fire in the Blood
7
" Los dos hablamos mecánicamente. Nuestros labios se movían, pero mentían. Sólo nuestros ojos se movían y se reconocían. Pero, cuando al fin la tomé entre mis brazos, nuestro labios fueron sinceros.
Jamás olvidaré ese instante. Fue entonces cuando vi la sombra de nuestras cabezas unidad en la pared encalada. Lámparas, mariposas de aceite por todas partes. Por todas partes, sombras que danzaban, vacilaban, se alejaban por aquel largo y desnudo pasillo.
-Hélène-llamó el enfero-. Hélèn.
No nos movimos. Ella parecía sorber, beberse mi corazón. Cuando la dejé marchar, la quería menos. "
― Irène Némirovsky , Fire in the Blood
9
" Ante determinados hechos de tu vida, ¿no piensas en el instante en el que nacieron, en el germen del que surgieron? No sé cómo decirlo… Imagina un campo en el momento de la siembra, todo lo que contiene un grano de trigo, las cosechas futuras… Bueno, pues en la vida ocurre exactament igual. El instante en que vi a François por primera vez, en que nos miramos, todo lo que contenía ese instante… ¡Es terrible, es escalofriante, produce vértigo! Nuestro amor, nuestra separación, los tres años que pasó en Dakar, cuando yo estaba casada con otro y todo lo demás, Sylvestre… Luego, la guerra, los niños… Cosas dulces y también amargas… Su muerte, o la mía, y la desesperación del que quede solo. "
― Irène Némirovsky , Fire in the Blood