106
" Quiero traer a la memoria todavía un hecho del Antiguo Testamento que tiene relación con mi materia. Ofreciendo David a Saúl ir a pelear contra el filisteo Goliat, Saúl, para darle alientos, le revistió con su armadura real; pero David, después de habérsela puesto, la desechó diciendo que cargado así no podía servirse libremente de sus propias fuerzas y que gustaba más de acometer con honda y cuchillo al enemigo. En suma, si tomas las armaduras ajenas,
o ellas se te caen de los hombros, o te pesan mucho, o te aprietan y embarazan. "
― Nicolás Maquiavelo, , The Prince