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" ¿Por qué te escribo? Porque me apetece. Y porque no quiero esperar en silencio la séptima ola. Sí, aquí cuentan la historia de la indómita séptima ola. Las primeras seis son previsibles y equilibradas. Se condicionan unas a otras, se basan unas en otras, no deparan sorpresas. Mantienen la continuidad. Seis intentos, por más diferentes que parezcan vistos de lejos, seis intentos… y siempre el mismo destino. Pero ¡cuidado con la séptima ola! La séptima es imprevisible. Durante mucho tiempo pasa inadvertida, participa en el monótono proceso, se adapta a sus predecesoras. Pero a veces estalla. Siempre ella, siempre la séptima. Porque es despreocupada, inocente, rebelde, barre con todo, lo cambia todo. Para ella no existe el antes, sólo el ahora. Y después todo es distinto. ¿Mejor o peor? Eso sólo pueden decirlo quienes fueron arrastrados por ella, quienes tuvieron el coraje de enfrentarla, de dejarse cautivar. Ya llevo una hora larga aquí sentada, contando las olas y observando qué hacen las séptimas. Aún no ha estallado ninguna. Pero estoy de vacaciones, tengo paciencia, puedo esperar. No pierdo las esperanzas. Aquí, en la costa occidental, sopla fuerte y cálido el viento del sur. "
― Daniel Glattauer , Alle sieben Wellen (Gut gegen Nordwind, #2)
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" Quedamos en paz, fracasamos juntos, de un modo rotundo, elegante, perfecto, «sincronizado». Nos enseñamos nuestras decepciones, las amontonamos y las repartimos de manera equitativa. Cada uno tomó su mitad. Así fue como nos separamos. Al despedirnos, nos abrazamos, nos besamos y nos dimos una palmada en el hombro. De ese modo, sin decirlo, nos dimos «nuestro más sincero pésame». Los dos lloramos, porque nos conmovían las lágrimas del otro. Fue como un entierro, como si hubiésemos perdido un pariente común. ¡Y lo perdimos! Sólo que lo conocíamos por distintos nombres. Para Pamela se llamaba confianza, para mí, ilusión. "
― Daniel Glattauer , Alle sieben Wellen (Gut gegen Nordwind, #2)
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" Da, ovdje ljudi pricaju pricu o nepokorivom sedmom valu.
Prvih šest su predvidljivi i odmjereni. Oni su ovisni jedni o drugima, jedni
druge dopunjuju, ne donose nikakvo iznena�enje. Održavaju kontinuitet.
Šest naleta, kako god izdaleka izgledali razlicito, šest naleta — i uvijek isti
cilj.
Ali, oprez od sedmog vala! On je nepredvidljiv. Dugo vremena je
nezamjetan, sudjeluje u monotonom tijeku doga�aja, prilago�ava se svojim
prethodnicima. No ponekad se otme. Uvijek samo on, uvijek samo sedmi
val. Jer on je bezbrižan, bezazlen, buntovnicki, prelijeva se preko svega, sve
iznova oblikuje. Za njega ne postoji nikakvo prije, samo jedno sada. A
nakon toga je sve drugacije. Bolje ili lošije? To mogu prosuditi samo oni,
koje je on zahvatio, koji su imali hrabrosti docekati ga i dopustiti da ih
ponese. "
― Daniel Glattauer , Alle sieben Wellen (Gut gegen Nordwind, #2)