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1 " En aquella misma época Rasputín empezó a hacer recomendaciones graciosas a los zares. "Encuentra que deberías ordenar a las faktorías [fábricas] que fabricasen municiones, simplemente tú da la orden; incluso elegir qué faktoría, si te muestran una lista [...]. Sé más autocrático, Cariño mío, muestra tu voluntad (14/06/1915).Es curioso, pero Rasputín sugería medidas que recuerdan al imperio bolchevique de los tiempos de Stalin, que durante la Segunda Guerra Mundial convirtió, con mano de hierro, todas las fábricas para suplir las necesidades del frente. Rasputín propondría lo mismo: "29 de agosto de 1915 [...] Pero Nuestro Amigo cree que más fábricas deberían hacer munición, además de las mercancías que producen". ¡Y el zar trataba de llevar a cabo tales sugerencias! Junto con la nacionalización y la militarización de las fábricas, se efectuó la expropiación obligatoria de los productos alimenticios de los campesinos y terratenientes. Se hacía todo lo que aconsejaba Rasputín. [...] Algunas de las medidas que fueron instituidas durante el comunismo de guerra después de la Revolución, de hecho ya habían sido propuestas antes de Lenin por el campesino ruso Grigori Rasputín. Y llevadas a cabo por el último zar. "
― Edvard Radzinsky , The Rasputin File
2 " Poco antes de su muerte, el campesino había empezado a hablar con la zarina de un aumento de "la paga a todos los oficiales pobres del país" para reforzar la maquinaria del Estado en tiempos difíciles. Su idea de cómo obtener el dinero para ello suena divertida en boca de la zarina de Rusia: "siempre se puede obtener dinero de algunos capitales", escribiría Alix a su marido el 25 de septiembre de 1916. Es decir, simplemente apoderarse del dinero de los ricos.Aquel antiguo sueño campesino también sería puesto en práctica por los bolcheviques. No era ninguna casualidad que Bonch-Bruévich, el futuro amigo íntimo de Lenin, camarada de armas y fundador de la sangrienta Checa, se mostrara en sus artículos encantado con el "inteligente e ingenioso campesino". [...] Para poner a prueba su "don de conocer a la gente", Bonch-Bruévich mostró a Rasputín un retrato de cierta persona querida. Al ver el retrato, escribió Bonch-Bruévich:"Rasputín se puso muy nervioso. "¿Quién es? Dime, ¿quién es?". Se precipitó hacia la pared de donde colgaba el cuadro en el que estaba pintado el rostro orgulloso e inteligente de un hombre mayor."¡Bueno, es alguien importante! ¡Dios mío! ¡Es un Sansón, amigo mío, un verdadero Sansón, sí señor! ¡Preséntamelo! ¡Iremos a verle ahora mismo! ¡Es alguien a quien deberían seguir regimientos enteros!" Y Rasputín se apresuró a encender una luz eléctrica que había junto al cuadro para poder observar mejor la cara de aquel hombre extraordinario. Le dije que se trataba de Karl Marx". "