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1 " Alimentados de pesimismo no vivimos la vida, la sufrimos. "
― Miguel Delibes , La sombra del ciprés es alargada
2 " Morir no es malo para el que muere, pensé; es tremendo para el que queda navegando por la estela que el otro trazó, desbrozando, soportando una vida larga, fofa, despojada del menor aliciente... "
3 " De súbito me vi agarrando la cruz de granito de Cuatro Postes. Apenas me atrevía a darme la vuelta y tender la vista sobre la ciudad nevada. Cuando lo hice, un sentimiento amplio, inconcreto, me resbaló por la espalda. La ciudad, ebria de luna, era un bello producto de contrastes. Brotaba de la tierra dibujada en claroscuros ofensivos. Era un espectáculo fosforescente y pálido, con algo de endeble, de exinanido y de nostálgico. La torre de la Catedral sobresalía al fondo como un capitán de un ejército de piedra. En su derredor las moles, en blanco y negro, de la torre de Velasco, del torreón de los Guzmanes, del Mosén Rubí... Ávila emergía de la nieve mística y escandalosamente blanca, como una monja o una niña vestida de primera comunión. Tenía un sello antiguo, hermético, de maciza solidez patriarcal. La villa, centrada en plena y opulenta civilización, era como una armadura detonando en una reunión de fraques. Imaginé que no otra, en todo el mundo, podía ser la cuna de Santa Teresa. Porque su espíritu impregnaba, una por una, cada una de sus piedras y sus torres. "
4 " Dormir poco es perder vida también, ya que la que se vive a costa del sueño se vive sólo a medias. "
5 " -No olvide lo que le digo, el primer hijo embaraza tanto al padre como a la madre. "
6 " Uno de los mejores recuerdos que guardo de mi vida es el de aquel primer verano de estudiante en Ávila, alentado por la fragancia de una reciente y cordial amistad y olvidado en absoluto de los estudios que me alicortaron en los nueve meses precedentes. Ávila renacía bajo la cálida caricia de mayo; sus torres, apuntadas de sol, modificaban por completo el aspecto general de la ciudad. (Diríase que se trataba de un muerto resucitado, dispuesto a vivir la nueva vida en la integridad que absurdamente había desperdiciado antes.) Las piedras amarillentas de sus vetustos edificios parecían reaccionar alegremente al contacto de la brisa templada que a oleadas descendía de la Sierra. La gente abandonaba sus conchas y se apiñaba bajo el sol, avariciosa de sus rayos, ansiosa de captar su cálido resuello en toda su intensidad, a conciencia de que más tarde habría de faltarle y añoraría estos días transparentes en que la ciudad se ofrecía desnuda, despojada de su manto de nieve. "
7 " - ¿Tú no tienes madre?- No, no la tengo.Debió de interesarle mi orfandad porque oí crujir las sábanas como si su cuerpo buscara una postura más cómoda para escuchar. Pero yo no añadí nada. Al contrario, apunté la conversación hacia lo que a mí me interesaba. Lo hice con tiento, con miedo, como si a pesar de mis pocos años ya tuviese una sensación inconsciente de que pisaba terreno prohibido. "