" Después de todo, nada había comenzado, nada había terminado. Como si no
fuera él quien había satisfecho sus deseos, sino alguien totalmente ajeno que había
tomado prestado su cuerpo; el sexo, por su naturaleza, no se definía en cada
cuerpo sino según las especies. El individuo, terminada su tarea, debe volver de
inmediato a su situación anterior. Sólo los fieles regresan a la satisfacción… Los
tristes vuelven a la desesperación… Los que estaban muriendo, a su lecho de
muerte… En verdad, no entendía cómo una farsa semejante llegaba a considerarse
amor desenfrenado… "
― Kōbō Abe , The Woman in the Dunes