" Un niñito corrió hacia la máquina brutal. Dicen que vio un gatito, dicen
que vio algo brillante, dicen que no era del todo normal. El niño fue
engullido por esa pala con una facilidad aterradora, como si fuera una
hormiga. Su cuerpecito flaco saltó por los aires y cayó casi sin ruido en la
mescolanza de ladrillos, maderas, cartones, piedras. "
― María Fernanda Ampuero , Sacrificios humanos