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" Unos meses más tarde, tiene lugar otra borrachera histórica, la que reunió en secreto, en un pabellón de caza del bosque de Bieloviéjskaia, al presidente ruso Yeltsin, al presidente ucraniano Kravchuk y al presidente bielorruso Shushkiévich. Yeltsin ha abandonado Moscú sin decir a Gorbachov nada de lo que pensaba hacer, no han preparado nada, ninguno de los tres conspiradores tiene la menor idea de lo que son una federación o una confederación. Lo único que se repiten, en la sauna, soplando buenas dosis de vodka, es que sus tres repúblicas crearon la Unión en 1922 y que ello les da derecho a disolverlas. Yeltsin está tan borracho que los otros dos tienen que llevarle a la cama y, justo antes de desplomarse, llama a George Bush (padre) para darle la primicia: «George, nos hemos puesto de acuerdo con los compañeros. La Unión Soviética ya no existe.» Para que la humillación sea completa, el cometido de informar a Gorbachov recae en el más insignificante de la troika, Shushkiévich, quien asegura que Gorbachov, espantado, le habría respondido: «¿Y qué pasa conmigo?» "

Emmanuel Carrère , Limonov


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Emmanuel Carrère quote : Unos meses más tarde, tiene lugar otra borrachera histórica, la que reunió en secreto, en un pabellón de caza del bosque de Bieloviéjskaia, al presidente ruso Yeltsin, al presidente ucraniano Kravchuk y al presidente bielorruso Shushkiévich. Yeltsin ha abandonado Moscú sin decir a Gorbachov nada de lo que pensaba hacer, no han preparado nada, ninguno de los tres conspiradores tiene la menor idea de lo que son una federación o una confederación. Lo único que se repiten, en la sauna, soplando buenas dosis de vodka, es que sus tres repúblicas crearon la Unión en 1922 y que ello les da derecho a disolverlas. Yeltsin está tan borracho que los otros dos tienen que llevarle a la cama y, justo antes de desplomarse, llama a George Bush (padre) para darle la primicia: «George, nos hemos puesto de acuerdo con los compañeros. La Unión Soviética ya no existe.» Para que la humillación sea completa, el cometido de informar a Gorbachov recae en el más insignificante de la troika, Shushkiévich, quien asegura que Gorbachov, espantado, le habría respondido: «¿Y qué pasa conmigo?»