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1 " Even so, the advance of the far right in Europe and the United States reveals the need to rethink memory work, to adapt it to new generations for whom the Second World War feels like a long-ago crisis. It's important to tell a story people can identify with, a story of ordinary people, the Mitlaufer, and not only of heroes, victims, or monsters. To raise awareness that, if history as such does not repeat itself, sociological and psychological mechanisms do, which push individuals and societies to make irrational choices by supporting regimes and leaders who are opposed to their interests, by becoming complicit in criminal ideas and actions. The most dangerous monster is not a megalomaniacal and violent leader, but us, the people who make him possible, who give him the power to lead. By our opportunism, by our conformity to all-powerful capitalism, which places money and consumption over education, intelligence, and culture, we are in danger of losing the democracy, peace, and freedom that so many of our predecessors have fought to preserve. "
― Géraldine Schwarz , Those Who Forget: My Family's Story in Nazi Europe – A Memoir, A History, A Warning
2 " The most dangerous monster is not a megalomaniacal and violent leader, but us, the people who make him possible, who give him the power to lead. "
3 " Uno de los grandes inspiradores de estos métodos es el sociólogo y psicólogo francés Gustave Le Bon, cuya obra Psicología de las masas fue aclamada por el dictador italiano Benito Mussolini e inspiró a Joseph Goebbels y, sin duda, a Hitler. El libro, publicado a finales del siglo XIX, no ha perdido nada de su actualidad. Analiza la metamorfosis del individuo cuando se funde en una multitud, lo cual reduce considerablemente sus facultades de reflexión y de voluntad propias: «Desvanecimiento de la personalidad consciente, predominio de la personalidad inconsciente, orientación mediante sugestión y contagio de los sentimientos y las ideas en un mismo sentido y tendencia a transformar inmediatamente en actos las ideas sugeridas, estas son las principales características del individuo en una multitud. Ya no es él mismo, se ha convertido en un autómata al que su voluntad ya no guía». Ante estos mecanismos, un cabecilla puede manipular fácilmente a una multitud. Tiene que utilizar términos que hacen emerger imágenes fuertes, señala Gustave Le Bon, tiene que impresionar, favorecer las pasiones y los deseos de los que lo escuchan, satisfacer el gusto de las multitudes por la leyenda, confundir las fronteras entre lo inverosímil y lo real y, sobre todo, renunciar a cualquier razonamiento. Entonces conseguirá de ellos abnegación, sacrificio de sí mismos, sentido del deber e incluso que renuncien a valores humanos profundamente anclados, hasta el punto de considerar el "