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" No sabía lo que le pasaba, Minerva lo dominaba y atraía como imán, lo supo desde que la recepcionista la señaló y él la miró. A pesar de su furia cuando llegó a su habitación la noche anterior, deseaba tenerla, por coraje, por orgullo, por premio y por placer, la deseaba tanto que tiró todo a su paso, a ella misma deseaba tirar sobre la cama, arrancarle la ropa, besarla hasta hacerla perder el conocimiento evitando que respirara, deseaba tenerla desnuda y hacer con ella lo que diera la gana, deseaba someterla a él y hacerle sentir lo que era un verdadero hombre, deseaba hacerla suya y marcarle un sello en su piel, su miembro le dolía pero más por la excitación, imaginar todo lo que quería hacer con ella hizo que se metiera al baño para bajarse el coraje y el ardor del fuego en la ducha, pero antes tenía una cita con su amigo que exigía liberarse, se maldijo porque había pasado mucho tiempo desde la última vez que lo había hecho y se odió porque en tiempo record, Minerva había logrado que gimiera en gruñidos su nombre al llegar a su orgasmo. "
― Itxamany Bustillo , Minerva: Arte, Pasi�n y Seducci�n
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" Minerva soltó el aire, bajó la cabeza y se llevó una de sus manos para acariciar su cabello suelto, ese gesto tuvo un efecto en Rick, le gustó, por alguna extraña razón se sintió seducido, la miró fijamente y al observar la silueta de su cuerpo sus pensamientos fueron más allá; deseaba acercarse a ella, colocarse entre sus piernas, acariciarlas, sentirla estremecer al toque de sus manos, besar cada centímetro de ellas, meter su cara entre ellas y beber la esencia de lo prohibido. Imaginarse a Minerva tensar su cuerpo y gemir para él, lo estaba excitando, pero volvió a recordar algunas escenas del libro y la mandíbula se le tensó de nuevo, imaginar que otro le hacía eso le molestó mucho, cruzó sus piernas para disimular que su amigo comenzaba a saludar con firmeza. "
― Itxamany Bustillo , Minerva: Arte, Pasi�n y Seducci�n