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" El hombre, único ser consciente -o al menos creerlo así- entre la multitud de compatriotas que se figuran libres porque malvendían -y era un progreso- su mísera fuerza de trabajo, feriaban por decreto un día a la semana, procreaban regularmente hijos absurdos, discutían con extraña pasión acerca de la rodilla de un futbolista o el muslo herido de un matador de toros, toros ellos mismos y ni siquiera eso, mansos felices que hablaban con arrogancia de lo permitido y se permitían condenar lo condenado, triste rebaño de bueyes sin cencerro, pasto de aprovechados y de cínicos, pueblo heroico en su día -...- reducido al cabo de veinticinco años -¿cómo, dios mío?- a una vana sombra del pasado, a un retintín muerto, cuerpo sobnoliento, quizá, que algún día despertaría. "
― Juan Goytisolo , Marks of Identity
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" La oscilación entre dos culturas e idiomas se asemeja bastante a la indecisión afectiva y sensual del niño o adolescente: unas fuerzas oscuras, subyacentes, encauzarán un día, sin su consentimiento, su futura orientación erótica. El impulso ciego a una forma corporal masculina será así tan misterioso como el que le conducirá a enamorarse para siempre de una lengua a la escucha de Quevedo o de Góngora. Elección tanto más significativa y valiosa cuanto ventilada en un foro o palenque de culturas cuyo choque implica ideas de mestizaje, bastardeo y precariedad. Castellano en Cataluña, afrancesado en España, español en Francia, latino en Norteamérica, nesrani en Marruecos y moro en todas partes, no tardaría en volverme a consecuencia de mi nomadeo y viajes en ese raro espécimen de escritor no reivindicado por nadie, ajeno y reacio a agrupaciones y categorías. "
― Juan Goytisolo , Forbidden Territory and Realms of Strife