" Sus rostros eran absolutamente similares en un detalle: parecían extremadamente incompletos, como cuadros con agujeros por ojos o como un rompecabezas al que le faltase una pieza nimia. Y eso que echaba en falta, pensó Richards, era el aire de desesperación. En sus estómagos no aullaban los lobos. Sus mentes no estaban llenas de sueños viciados, de esperanzas insensatas. "
― Stephen King , The Running Man