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" La traición fue total, generalizada y sin excepciones, desde la izquierda hasta la derecha. Ya he contado cómo los comunistas, ocultos tras la ostentosa fachada de su «disposición a intervenir» y de la preparación de una guerra civil, lo único que hicieron en realidad fue preparar la huida a tiempo de sus más altos funcionarios en dirección al extranjero. En lo que respecta a los líderes socialdemócratas, su traición a millones de pequeños ciudadanos decentes, partidarios fieles y ciegamente leales, ya había comenzado el 20 de julio de 1932, cuando Severing y Grzesinski «cedieron a la violencia». Asimismo, los socialdemócratas llevaron a cabo la campaña electoral de 1933 de una forma en extremo humillante, dejándose arrastrar por los eslóganes nazis y subrayando su condición de «también-nosotros-somos-nacionalistas». El 4 de marzo, un día antes de las elecciones, Otto Braun, presidente de Prusia y «hombre fuerte» de los socialdemócratas, cruzó la frontera suiza; había tomado la precaución de adquirir una casita en Tessin. En mayo, un mes antes de su disolución, los socialdemócratas llegaron al punto de prestar un apoyo unánime al gobierno de Hitler y de entonar el himno de Horst Wessel en el Reichstag (en el informe parlamentario figura la siguiente observación: «Ovaciones interminables y aplausos en la cámara y en las tribunas. El canciller del Reich también aplaude vuelto hacia los socialdemócratas»). "

Sebastian Haffner , Defying Hitler


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Sebastian Haffner quote : La traición fue total, generalizada y sin excepciones, desde la izquierda hasta la derecha. Ya he contado cómo los comunistas, ocultos tras la ostentosa fachada de su «disposición a intervenir» y de la preparación de una guerra civil, lo único que hicieron en realidad fue preparar la huida a tiempo de sus más altos funcionarios en dirección al extranjero. En lo que respecta a los líderes socialdemócratas, su traición a millones de pequeños ciudadanos decentes, partidarios fieles y ciegamente leales, ya había comenzado el 20 de julio de 1932, cuando Severing y Grzesinski «cedieron a la violencia». Asimismo, los socialdemócratas llevaron a cabo la campaña electoral de 1933 de una forma en extremo humillante, dejándose arrastrar por los eslóganes nazis y subrayando su condición de «también-nosotros-somos-nacionalistas». El 4 de marzo, un día antes de las elecciones, Otto Braun, presidente de Prusia y «hombre fuerte» de los socialdemócratas, cruzó la frontera suiza; había tomado la precaución de adquirir una casita en Tessin. En mayo, un mes antes de su disolución, los socialdemócratas llegaron al punto de prestar un apoyo unánime al gobierno de Hitler y de entonar el himno de Horst Wessel en el Reichstag (en el informe parlamentario figura la siguiente observación: «Ovaciones interminables y aplausos en la cámara y en las tribunas. El canciller del Reich también aplaude vuelto hacia los socialdemócratas»).