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" Hace poco sobrepasamos las siete mil millones de personas. Dos individuos nacen cada segundo. En pocos años hemos triplicado la población mundial. Y en dos o tres décadas más alcanzaremos los nueve mil millones, una cifra escandalosa, salida de toda medida razonable. Lo que la gente se empeña en no entender es que el agua no crece exponencialmente, ni la comida, ni los demás recursos. El dinero, menos. ¿Qué significa eso? Que si en este momento hay más de mil millones de personas con problemas para tener acceso al agua, en pocos años esa cifra será mucho mayor. Cada vez la gente estará más pobre, más hambrienta y más sedienta. He ahí el futuro. El exceso de vida nos está matando y está aniquilando también a las otras especies. Traer más vida mata. Es todo lo contrario de épocas pasadas. Si antiguamente la moral era reproducirse para asegurar la supervivencia de la especie, hemos llegado al punto en el que todo se dio la vuelta: la única posibilidad de que la especie sobreviva es no reproducirse más. Se trata de una nueva moral por medio de la cual debemos entender que la multiplicación de nosotros mismos es la causa de nuestra extinción y de la extinción de las demás especies. "

Mario Mendoza , Akelarre


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Mario Mendoza quote : Hace poco sobrepasamos las siete mil millones de personas. Dos individuos nacen cada segundo. En pocos años hemos triplicado la población mundial. Y en dos o tres décadas más alcanzaremos los nueve mil millones, una cifra escandalosa, salida de toda medida razonable. Lo que la gente se empeña en no entender es que el agua no crece exponencialmente, ni la comida, ni los demás recursos. El dinero, menos. ¿Qué significa eso? Que si en este momento hay más de mil millones de personas con problemas para tener acceso al agua, en pocos años esa cifra será mucho mayor. Cada vez la gente estará más pobre, más hambrienta y más sedienta. He ahí el futuro. El exceso de vida nos está matando y está aniquilando también a las otras especies. Traer más vida mata. Es todo lo contrario de épocas pasadas. Si antiguamente la moral era reproducirse para asegurar la supervivencia de la especie, hemos llegado al punto en el que todo se dio la vuelta: la única posibilidad de que la especie sobreviva es no reproducirse más. Se trata de una nueva moral por medio de la cual debemos entender que la multiplicación de nosotros mismos es la causa de nuestra extinción y de la extinción de las demás especies.