" Y yo tenía un nudo en la garganta y ganas de llorar. Unas horribles, monstruosas e irrefrenables ganas de llorar, (...) Era algo... otra cosa. Una viva, palpitante. Algo nuevo. Algo que llevaba pensando sin reflexionar mucho tiempo, que había despertado y que yo apartaba porque me resultaba incómodo. La amenaza de... ¿perder más?
Yo no podía perder más cosas; yo ya había perdido hasta la cabeza. "
― Elísabet Benavent , Alguien como tú (Mi elección #2)