" Cuando vi mi reflejo en un escaparate... sonreía.
Cuando llegué a casa... olía a flores.
Cuando me acosté... no me pregunté nada. Había empezado a dejar de importarme pisar el freno.
Y digo yo... ¿cómo pudimos ser los únicos que no lo vimos venir? "
― Elísabet Benavent , Un cuento perfecto