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" Wolfe vaciló. Estaba sonriendo. Tenía una expresión que lo hacía parecerse a la vieja versión de Disney del Gato de Cheshire, que se desvanecía en la nada, dejando solamente su enorme e inquietante sonrisa llena de dientes en la pantalla del cine. Adrian recordó haber visto Alicia en el país de las maravillas con Tommy, y luego recordó haber pasado unas cuantas horas tratando de explicarle a su hijo pequeño que la probabilidad de que él cayera en el agujero de la cueva de un conejo hacia un mundo donde una Reina Roja quisiera cortar las cabezas de la gente antes de los juicios era muy pequeña. Cuando su hijo era chico lo asustaba la fantasía, no la realidad. Podía mirar un programa sobre ataques de tiburones a California o sobre leones hambrientos en el Serengeti y estaba fascinado. Pero las orugas que fuman narguile hacían que diera vueltas y vueltas gritando en la oscuridad en lugar de dormir. "

John Katzenbach , El profesor


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John Katzenbach quote : Wolfe vaciló. Estaba sonriendo. Tenía una expresión que lo hacía parecerse a la vieja versión de Disney del Gato de Cheshire, que se desvanecía en la nada, dejando solamente su enorme e inquietante sonrisa llena de dientes en la pantalla del cine. Adrian recordó haber visto <i>Alicia en el país de las maravillas</i> con Tommy, y luego recordó haber pasado unas cuantas horas tratando de explicarle a su hijo pequeño que la probabilidad de que él cayera en el agujero de la cueva de un conejo hacia un mundo donde una Reina Roja quisiera cortar las cabezas de la gente antes de los juicios era muy pequeña. Cuando su hijo era chico lo asustaba la fantasía, no la realidad. Podía mirar un programa sobre ataques de tiburones a California o sobre leones hambrientos en el Serengeti y estaba fascinado. Pero las orugas que fuman narguile hacían que diera vueltas y vueltas gritando en la oscuridad en lugar de dormir.