" crecimos juntos, nos corrompimos juntos, la vida nos echó a perder. La llamaban «la ciudad de la eterna primavera», y a mí «el niño Jesús»: el niño Jesús resultó un demonio, y su Medellín –con tanta fábrica, con tanto carro, con tanto ladrón respirando– un infierno en verano. "
― Fernando Vallejo , Los días azules