Home > Author > Héctor Abad Faciolince >

" La gente cree que yo me vine a vivir en Nueva York, hace casi 30 años, porque me gané una beca para seguir estudiando violín. No, yo me vine a vivir en Nueva York para salir de Medellín, para salir de Antioquia, que es un lugar con un encanto tosco, pero real, y al mismo tiempo un sitio asfixiante, clerical, intolerante, racista, homófobo, conservador, o por lo menos lo era hasta la médula cuando yo me vine. Ahora lo sigue siendo, aunque quizá un poco menos; incluso hasta Antioquia ha llegado la noticia de que el mundo cambia. Las montañas lejanas y aisladas producen gente cerrada, reservada, desconfiada, y ese no era el ambiente para vivir en libertad que yo había resuelto permitirme, Quería vivir a mi manera, quería besarme y acostarme con quien yo quisiera, sin el ojo vigilante de la familia, de los amigos, de mi papá y mi mamá, de las hermanas. Ellos, después del susto y el escándalo iniciales, me entendían, o decían que me entendía, pero no podían dejar de ser antioqueños en el peor de los sentidos "

Héctor Abad Faciolince , La oculta


Image for Quotes

Héctor Abad Faciolince quote : La gente cree que yo me vine a vivir en Nueva York, hace casi 30 años, porque me gané una beca para seguir estudiando violín. No, yo me vine a vivir en Nueva York para salir de Medellín, para salir de Antioquia, que es un lugar con un encanto tosco, pero real, y al mismo tiempo un sitio asfixiante, clerical, intolerante, racista, homófobo, conservador, o por lo menos lo era hasta la médula cuando yo me vine. Ahora lo sigue siendo, aunque quizá un poco menos; incluso hasta Antioquia ha llegado la noticia de que el mundo cambia. Las montañas lejanas y aisladas producen gente cerrada, reservada, desconfiada, y ese no era el ambiente para vivir en libertad que yo había resuelto permitirme, Quería vivir a mi manera, quería besarme y acostarme con quien yo quisiera, sin el ojo vigilante de la familia, de los amigos, de mi papá y mi mamá, de las hermanas. Ellos, después del susto y el escándalo iniciales, me entendían, o decían que me entendía, pero no podían dejar de ser antioqueños en el peor de los sentidos