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" Yo tengo en esa hoguera de ladrillos,
yo tengo al hombre mío prisionero.
Por corredores de filos amargos
y en esta luz sesgada de murciélago,
tanteando como el buzo por la gruta,
voy caminando hasta que me lo encuentro,
y hallo a mi cebra pintada de burla
en los anillos de su befa envuelto.

Me lo han dejado, como a barco roto,
con anclas de metal en los pies tiernos;
le han esquilado como a la vicuña
su gloria azafranada de cabellos.
Pero su Ángel-Custodio anda la celda
y si nunca lo ven es que están ciegos.
Entró con él al hoyo de cisterna;
tomó los grillos como obedeciendo;
se alzó a coger el vestido de cobra,
y se quedó sin el aire del cielo.

El Ángel gira moliendo y moliendo
la harina densa del más denso sueño;
le borra el mar de zarcos oleajes,
le sumerge una casa y un viñedo,
y le esconde mi ardor de carne en llamas,
y su esencia, y el nombre que dieron.

En la celda, las olas de bochorno
y frío, de los dos, yo me las siento,
y trueque y turno que hacen y deshacen
de queja y queja los dos prisioneros
¡y su guardián nocturno ni ve ni oye
que dos espaldas son y dos lamentos! "

Gabriela Mistral , Madwomen: Poems of Gabriela Mistral


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Gabriela Mistral quote : Yo tengo en esa hoguera de ladrillos,<br />yo tengo al hombre mío prisionero.<br />Por corredores de filos amargos<br />y en esta luz sesgada de murciélago,<br />tanteando como el buzo por la gruta,<br />voy caminando hasta que me lo encuentro,<br />y hallo a mi cebra pintada de burla<br />en los anillos de su befa envuelto.<br /><br />Me lo han dejado, como a barco roto,<br />con anclas de metal en los pies tiernos;<br />le han esquilado como a la vicuña<br />su gloria azafranada de cabellos.<br />Pero su Ángel-Custodio anda la celda<br />y si nunca lo ven es que están ciegos.<br />Entró con él al hoyo de cisterna;<br />tomó los grillos como obedeciendo;<br />se alzó a coger el vestido de cobra,<br />y se quedó sin el aire del cielo.<br /><br />El Ángel gira moliendo y moliendo<br />la harina densa del más denso sueño;<br />le borra el mar de zarcos oleajes,<br />le sumerge una casa y un viñedo,<br />y le esconde mi ardor de carne en llamas,<br />y su esencia, y el nombre que dieron.<br /><br />En la celda, las olas de bochorno<br />y frío, de los dos, yo me las siento,<br />y trueque y turno que hacen y deshacen<br />de queja y queja los dos prisioneros<br />¡y su guardián nocturno ni ve ni oye<br />que dos espaldas son y dos lamentos!