" Ahora sé cómo se desvanecen los rostros, cómo bajo los párpados anida el terror, cómo el dolor traza en las mejillas rudas páginas cuneiformes, cómo unos rizos cenicientos y negros se tornan plateados de repente, la sonrisa se marchita en los labios dóciles y en una risa seca tiembla el pavor. y no sólo por mí rezo, sino por quienes permanecieron allí conmigo, en el frío feroz y en el infierno de Julio, bajo el muro rojo y ciego "