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" Obviamente, el perdón no era considerado necesariamente cono una gran virtud por la mayoría de maestros religiosos influyentes en la época de Jesús. De hecho, los rabinos presentaban usualmente el perdón como algo opcional. Los rabinos sí reconocían que el Antiguo Testamento permitía y hasta alentaba el perdón en algunos casos. Sin embargo, ellos limitaban estrictamente a tres las veces que una persona podía ser perdonada por cometer la misma ofensa.
Ellos creían que tenían autoridad bíblica para esa visión del perdón. Obtenían respaldo del libro de Amós, donde Dios pronunció condenación sobre los enemigos de Israel con estas palabras: «Por tres pecados de Damasco, y por el cuarto, no revocaré su castigo» (1:3). En ese mismo capítulo Dios pronunció juicios similares contra Gaza, Tiro, Edom y Anión, siempre con las palabras, «Por tres pecados... y por el cuarto» (cp. vv. 6, 9, 11, 13). En otras palabras, a cada una de esas naciones hostiles se les permitieron tres ofensas que Dios pasaría por alto, para entonces juzgarlas por la cuarta ofensa. "

John F. MacArthur Jr. , The Freedom And Power Of Forgiveness


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John F. MacArthur Jr. quote : Obviamente, el perdón no era considerado necesariamente cono una gran virtud por la mayoría de maestros religiosos influyentes en la época de Jesús. De hecho, los rabinos presentaban usualmente el perdón como algo opcional. Los rabinos sí reconocían que el Antiguo Testamento permitía y hasta alentaba el perdón en algunos casos. Sin embargo, ellos limitaban estrictamente a tres las veces que una persona podía ser perdonada por cometer la misma ofensa.<br />Ellos creían que tenían autoridad bíblica para esa visión del perdón. Obtenían respaldo del libro de Amós, donde Dios pronunció condenación sobre los enemigos de Israel con estas palabras: «Por tres pecados de Damasco, y por el cuarto, no revocaré su castigo» (1:3). En ese mismo capítulo Dios pronunció juicios similares contra Gaza, Tiro, Edom y Anión, siempre con las palabras, «Por tres pecados... y por el cuarto» (cp. vv. 6, 9, 11, 13). En otras palabras, a cada una de esas naciones hostiles se les permitieron tres ofensas que Dios pasaría por alto, para entonces juzgarlas por la cuarta ofensa.