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" Digo «vagina» porque he leído las estadística, y les están ocurriendo cosas malas a las vaginas de las mujeres de todas partes: 500000 mujeres son violadas todos los años en Estados Unidos; 100 millones de mujeres han sido mutiladas genitalmente en todo el mundo; y la lista continúa. Digo «vagina» porque quiero que se ponga fin a estos horrores. Sé que no dejaran de ocurrir hasta que reconozcamos que sucedan, y la única manera de conseguirlo es capacitar a las mujeres para que se atrevan a hablar de ello sin temor a sufrir castigo o a ser objeto de venganza.
Da miedo decir la palabra. «Vagina.» Al principio tienes la sensación de estar atravesando violentamente una barrera invisible. «Vagina.» Te sientes culpable e incómoda, como si alguien fuese a derribarte de un golpe. Entonces, después de haber dicho la palabra cien o mil veces, se te ocurre es que tu palabra, tu cuerpo, tu lugar más esencial. De repente te das cuenta de que toda la vergüenza y la incomodidad que has sentido hasta entonces al decir la palabra ha sido una forma de silenciar tu deseo, de minar tu ambición "

Eve Ensler , The Vagina Monologues


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Eve Ensler quote : Digo «vagina» porque he leído las estadística, y les están ocurriendo cosas malas a las vaginas de las mujeres de todas partes: 500000 mujeres son violadas todos los años en Estados Unidos; 100 millones de mujeres han sido mutiladas genitalmente en todo el mundo; y la lista continúa. Digo «vagina» porque quiero que se ponga fin a estos horrores. Sé que no dejaran de ocurrir hasta que reconozcamos que sucedan, y la única manera de conseguirlo es capacitar a las mujeres para que se atrevan a hablar de ello sin temor a sufrir castigo o a ser objeto de venganza. <br />Da miedo decir la palabra. «Vagina.» Al principio tienes la sensación de estar atravesando violentamente una barrera invisible. «Vagina.» Te sientes culpable e incómoda, como si alguien fuese a derribarte de un golpe. Entonces, después de haber dicho la palabra cien o mil veces, se te ocurre es que tu palabra, tu cuerpo, tu lugar más esencial. De repente te das cuenta de que toda la vergüenza y la incomodidad que has sentido hasta entonces al decir la palabra ha sido una forma de silenciar tu deseo, de minar tu ambición