" Las sirenas habían matado a gente, estuvieron a punto de matar a Álex y a Harper, y ella misma también era ahora una sirena. Era un ser tan malvado como ellas, y no podía permitirse encontrar placer en esa vida. Ése era su castigo por vivir y permitirse ser una de ellas. "
― Amanda Hocking , Lullaby (Watersong, #2)