" —¿Ha oído hablar alguna vez de manos de plantadora? —La verdad es que no, señora —Bueno, lo único que puedo decirle es lo que se siente. Cuando se eliminan los capullos que no se quieren. Entonces todo se concentra en las yemas de los dedos. Lo hacen los propios dedos. Los ves trabajar. Lo sientes. Arrancan un capullo tras otro. Sin equivocarse nunca. Se funden con la planta. ¿Comprende? "