" —Otra vez dale que te pego —dijo él—. Tienes una buena cosecha en perspectiva. Elisa enderezó la espalda y volvió a ponerse el guante. —Sí. Serán fuertes este próximo año —dijo ella, con cierta presunción en el tono y en el gesto. —Tienes un don especial —comentó Henry—. Algunos crisantemos amarillos de este año hacían un palmo de diámetro. Ojalá trabajaras en el huerto y consiguieras manzanas tan grandes. "