" Mi vientre estaba vivo de esa hija que me estaba creciendo pero yo era un cementerio de muertos queridos. Me sentía como una piedra, un accidente, un estado de la materia, una roca con conciencia de que será fundida y solidificada y transformada en otra cosa y me dolía saberme. "
― Gabriela Cabezón Cámara , La Virgen Cabeza