" Un muro espeso comenzó a alzarse entre Alice Gould y su capacidad de razonar. "No puedo fijar mis ideas", se dijo. (...) Un oscuro sentimiento le impedía cruelmente alcanzar la meta de su razonamiento. Lanzaba con lucidez y fuerza su argumento hacia el frente y éste regresaba a ella como la pelota rebotada en un frontón. "
― Torcuato Luca de Tena , Los renglones torcidos de Dios