" Padre - dijo Juana tras un largo silencio-, creo que esta noche le rezaré a Atabey.
- ¿Por qué?
La joven pensó brevemente - Me gusta más que el dios de nuestra iglesia, que es muy egoísta porque se enoja cuando la gente se arrodilla frente a otro. Atabey es diferente. A ella no le importa que sus hijos adoren a quienes quieran. "
― Daína Chaviano , Los hijos de la Diosa Huracán