(Dayan y Erinni)."/>

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" Dayan se dejó caer de lado y la atrajo hacia si, acurrucándola entre los brazos. Dejaron pasar varios minutos hasta que sus respiraciones se ralentizaron.

- ¿Siempre es así? - preguntó Erinni mientras le acariciaba el abdomen distraidamente.

- Te aseguro que no - contestó Dayan en un susurro.

(...)

Dayan habia follado con multitud de mujeres. Siempre había sido divertido, y al terminar, se sentía relajado y de buen humor, pero nunca se había sentido como si hubiera llegado a casa.

La miró mientras la acariciaba el brazo con las yemas de los dedos y algo que no pudo identificar se removió en su interior.

- ¿Por qué has vuelto, hechicera?


Ella no contestó inmediatamente. Se removió algo inquieta y le pasó una pierna por encima de las suyas.

- Pensé que ya era hora que supiera lo que se sentía al hacer el amor - confesó con timidez.

- Cuando te cases, a tu marido no le gustará que no seas virgen - gruñó Dayan.

Por qué la idea de ella con otro hombre le revolvió las entrañas, no lo supo, pero allí estaba la sensación de una mano fría agarrándole el corazón como si quisiera partirlo por la mitad. Fue una conmoción al darse cuenta que eran celos de alguien que ni si quiera tenía nombre aún.

- No pienso casarme, - afirmó ella - así que no me preocupa.

El alivio que sintió Dayan al oír sus palabras fue enorme."

(Dayan y Erinni). "

, La hechicera rebelde (Cuentos eróticos de Kargul #2)


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 quote : Dayan se dejó caer de lado y la atrajo hacia si, acurrucándola entre los brazos. Dejaron pasar varios minutos hasta que sus respiraciones se ralentizaron. <br /><br />- ¿Siempre es así? - preguntó Erinni mientras le acariciaba el abdomen distraidamente. <br /><br />- Te aseguro que no - contestó Dayan en un susurro.<br /><br />(...)<br /><br />Dayan habia follado con multitud de mujeres. Siempre había sido divertido, y al terminar, se sentía relajado y de buen humor, pero nunca se había sentido como si hubiera llegado a casa. <br /><br />La miró mientras la acariciaba el brazo con las yemas de los dedos y algo que no pudo identificar se removió en su interior. <br /><br />- ¿Por qué has vuelto, hechicera?<br /><br /> <br /> Ella no contestó inmediatamente. Se removió algo inquieta y le pasó una pierna por encima de las suyas.<br /><br />- Pensé que ya era hora que supiera lo que se sentía al hacer el amor - confesó con timidez.<br /><br />- Cuando te cases, a tu marido no le gustará que no seas virgen - gruñó Dayan.<br /><br />Por qué la idea de ella con otro hombre le revolvió las entrañas, no lo supo, pero allí estaba la sensación de una mano fría agarrándole el corazón como si quisiera partirlo por la mitad. Fue una conmoción al darse cuenta que eran celos de alguien que ni si quiera tenía nombre aún. <br /><br />- No pienso casarme, - afirmó ella - así que no me preocupa.<br /><br />El alivio que sintió Dayan al oír sus palabras fue enorme.
(Dayan y Erinni)." style="width:100%;margin:20px 0;"/>