" Cuando una herida duele demasiado y se la arrastra por años, uno puede lograr, sin saberlo, que la herida se resista a cerrarse para siempre porque duele y uno lo aguanta, después se vuelve soportable, después se vuelve invisible y ya es parte de la atmósfera, ataca y envenena en segundo plano. Y de esas heridas, quedan cicatrices hermosas, auténticas, decoros de piel regenerada, sanando y acumulándose para volver a protegerse. Eso tenía yo, tenía cicatrices hermosas y eran el recuerdo, vivo y muerto, de mi capacidad de sanarme. "
― Matías Villareal , Parálisis Onírica