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" Una de las propiedades más esenciales que hace que las mujeres seamos verdaderamente mujeres, no son los genitales, es que estemos condenadas a vivir con miedo. Somos esos cuerpos obligados a temer, expropiados de cualquier habilidad corporal que nos refuerce. Nacemos condenadas a temer a los hombres, a la noche, a la calle, a la casa, al padre, al marido, al estado... Del mismo modo, debe aceptarse su correlato desde los parámetros del patriarcado: no hay nada que haga más hombre que la capacidad de poder ejercer violencia.
No debemos olvidar que el actual sistema estado-nación y su violencia heteropatriarcal tiene un objetivo –que cumple con creces–: mantener un orden de poder con cuerpos identificables como varones y mujeres, que producen la sociedad de una forma determinada y que se segregan en los espacios (público-privado) de un modo específico. De eso, justamente, se encarga la violencia sexista. Y el actual estado y el actual sistema neoliberal se sustentan en esta gestión coercitiva de los cuerpos. ¿Quién puede creer que les interese solucionar el problema? "

, Transfeminismos: Epistemes, fricciones y flujos


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 quote : Una de las propiedades más esenciales que hace que las mujeres seamos verdaderamente mujeres, no son los genitales, es que estemos condenadas a vivir con miedo. Somos esos cuerpos obligados a temer, expropiados de cualquier habilidad corporal que nos refuerce. Nacemos condenadas a temer a los hombres, a la noche, a la calle, a la casa, al padre, al marido, al estado... Del mismo modo, debe aceptarse su correlato desde los parámetros del patriarcado: no hay nada que haga más hombre que la capacidad de poder ejercer violencia. <br />No debemos olvidar que el actual sistema estado-nación y su violencia heteropatriarcal tiene un objetivo –que cumple con creces–: mantener un orden de poder con cuerpos identificables como varones y mujeres, que producen la sociedad de una forma determinada y que se segregan en los espacios (público-privado) de un modo específico. De eso, justamente, se encarga la violencia sexista. Y el actual estado y el actual sistema neoliberal se sustentan en esta gestión coercitiva de los cuerpos. ¿Quién puede creer que les interese solucionar el problema?