" Herr Bohnsack comienza con un chiste, que contó en un almuerzo allá por 1980 ante un grupo de colegas en un restaurante reservado a los altos cuadros de la Stasi. Se reclina en su silla y sonríe, como el que se regocija en su secretito.
—Estados Unidos, la Unión Soviética y la RDA quieren sacar a flote el Titanic —dice arqueando las cejas—. Estados Unidos quiere las joyas que se supone que deben estar en la caja fuerte. Los soviéticos quieren la tecnología más puntera, y la RDA… —se bebe lo que le queda de Korn, a modo de pausa dramática— la RDA quiere a la banda que tocaba mientras se hundía. "
― Anna Funder , Stasiland: Stories from Behind the Berlin Wall