" Te quiero —susurró Talin.
Él le acarició la espalda.
—Sí, lo sé.
—Se supone que tú también tienes que decirme que me quieres —repuso, fingiendo ofenderse porque la frivolidad mantenía a raya el miedo y la esperanza.
—¿Por qué? —La miró ceñudo—. Ya sabes que eres tú quien hace latir mi corazón. "
― Nalini Singh, La luna del leopardo